Eibar, 1870 – Madrid, 1945. Muy joven decide dedicarse a la pintura y estudia a los maestros del Museo del Prado. Se desplaza a Roma con el mismo fin y recala en París en 1890, donde se casará nueve años más tarde con la bordelesa Valentine Dethomas.
Decide volver a España a trabajar y, en concreto, pasará en Sevilla largas temporadas desde 1893 hasta 1898. Se instala en un corralillo de la casa de la Feria donde únicamente viven familias gitanas. Confraterniza, entra en lo íntimo hasta tal grado que le piden apadrine hijos de vecinos. De ese mundo tan influyente, hermosas mujeres, zambras, guitarras, le cala el lenguaje que practicará de por vida, y su afición a los toros.
Recaló en Segovia en 1898, donde vivía un hermanastro de su padre, el ya ilustre ceramista Daniel Zuloaga. Realizó unos lienzos que le valieron reconocimiento internacional.
El 31 de octubre de 1945, Ignacio Zuloaga fallece en Madrid.